UNICEF, por ejemplo, ha
contribuido a que más de 750.000 niños vuelvan a la escuela y aproximadamente
unos 80.000 asisten ahora a clase en 193 escuelas seguras y resistentes a
seísmos construidas por la organización.
La situación en el país va
mejorando lentamente, pero aún quedan muchos desafíos por resolver: el saneamiento
adecuado de los hogares en zonas rurales, evitar la violencia física y psíquica
como castigo, aumentar el número de niños tratados contra la desnutrición grave…
Así el representante de
UNICEF en Haití afirma lo siguiente: "Hay evidencias
de pequeñas victorias en todas partes, aunque
permanecen serias lagunas y deficiencias en las estructuras básicas de gobierno
de Haití. No nos equivoquemos: el país sigue en una situación frágil, acosado por la
pobreza crónica y el subdesarrollo. Sus débiles instituciones dejan a los niños
vulnerables ante los cambios bruscos y el impacto del desastre”.
Por otro lado, la ayuda
humanitaria de la Unión Europea ,
que ha donado más de 500 millones de euros a este país, también se ha centrado
en la preparación de la población para posibles futuros tsunamis, inundaciones
y otras catástrofes. Los equipos de emergencia a nivel local cuentan ahora con
mejores medios para prestar los primeros auxilios y realizar evacuaciones. A su vez, numerosas organizaciones
siguen luchando contra la epidemia de cólera que se declaró en octubre de 2010.
Médicos sin fronteras
considera que el sistema de salud de este país aún no se ha recuperado, debido
a las promesas incumplidas de los países donantes de fondos y a la falta de
unas prioridades claras por parte de las autoridades haitianas y de la
comunidad internacional.
Nuevas carreteras, reparación
de la red de suministro eléctrico, creación de puestos de trabajo… Sólo una mínima
parte de los planes propuestos por la Comisión Interina
para la Reconstrucción
de Haití se han puesto en marcha realmente. Hasta la fecha, la mayoría de ellos
no pasa de ser un “proyecto en fase de borrador”. Y una de las causas de esta
poca eficacia tristemente podría ser que una sencilla tarea como limpiar
escombros no proporciona publicidad a nadie, es decir, muchos de los donantes
no están dispuestos a que sus inversiones pasen desapercibidas y no les proporcionen
popularidad y gloria. Sus proyectos tienen que ser bonitos y visibles.
Mejorar nunca será una utopía
siempre y cuando todas las organizaciones y proyectos donantes tengan claro el
fin que pretenden conseguir y no busquen un beneficio propio directo en las
acciones que realizan. El trabajo dividido multiplica los buenos resultados.
Luchemos para que todo el mundo sea consciente de que pequeños gestos desarrollados
por muchas personas producen grandes cambios.
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