No es necesario coger un avión y desplazarse cientos de kilómetros y entregar un paquete de comida a una familia para ser solidario, a primera vista, día tras día tenemos a nuestro alrededor situaciones que solicitan en cada uno de nosotros esa chispa, esa acción solidaria que haría por unos momentos la vida de alguien más agradable.
Esa mujer mayor en el autobus y nadie le cede el asiento, esa persona en silla de ruedas buscando con la mirada desesperadamente un fragmento de acera por donde subir o una mano amiga que le ayude. Muchos
me dicen que eso es algo más de civismo que solidaridad, ¿y no todo acto de solidaridad no va impregnado de civismo y viceversa?.
Todos y cada uno de nosotros tenemos muchas oportunidades de mejorar y cambiar nuestro mundo con pequeños gestos, depende simplemente de la humanidad que mostremos y el empeño que le pongamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario